La costumbre de tratar la carne para conservarla, dando lugar al exquisito jamón ibérico que conocemos, tiene sus inicios en la época del imperio romano.
El jamón es uno de los productos más icónicos de España. Debido a la calidad y al perfeccionamiento del tratamiento que se le da a los jamones para conseguir lo que se conoce como el jamón ibérico, su consumo es una lujosa experiencia gourmet reservada para la mesa fina.
El sabor tan particular de esta delicia es algo único en el mundo, y su origen también.
Los primeros jamones ibéricos
Aunque existen algunas leyendas que narran cómo la casualidad llevó al descubrimiento de esta delicia que convierte cualquier aperitivo en un verdadero manjar, hay quienes aseguran que en realidad lo que hoy conocemos como jamón ibérico tiene su origen en la época del Imperio Romano, cuando –al buscar conservar los alimentos durante periodos prolongados de tiempo— se recurrió en algún momento a la técnica de salar la carne, consiguiendo proteger su buen estado.
Se sabe que en el siglo II. A.C., en las regiones de Cantabria y Cerdeña ya se elaboraban jamones, lo cual derivó en un proceso mucho más sofisticado en el que se cuidaba a detalle el resultado final, consiguiendo cada vez un producto más especial que se reservaba para las clases altas de la sociedad de aquel entonces.
Con el tiempo, el modo en que los antiguos romanos curaban la carne para su conservación se fue perfeccionando hasta llegar al tratamiento que se le da a los jamones hoy en día para convertirlos en una delicia muy exclusiva.
El jamón ibérico en la actualidad
Si bien es cierto que el jamón ibérico siempre ha sido un producto gourmet, apreciado y valorado por los círculos más altos a lo largo de la historia, fue apenas durante el siglo XX que su consumo se elevó gracias a la aparición de los sistemas de producción industrializada.
Sin embargo, aún existen pequeñas industrias casi artesanales en las que se obtiene el jamón de cerdos criados en dehesas, a diferencia de las granjas industrializadas que trajo consigo la modernidad.
Esos jamones poseen un sabor intenso, una textura muy agradable y un aroma sumamente especial, que le han ganado adeptos dentro de las esferas epicúreas en el mundo entero, pues sus características en paladar se deben a que provienen de carne de mucho mayor calidad gracias al tipo de alimentación y al estilo de vida que llevan los cerdos, los cuales se alimentan a base de bellota durante la montanera, además de que son cuidadosamente monitoreados toda su vida.
El proceso de curación de este tipo de jamones es más prolongado pero también implica mucho mayor calidad.
Tipos de jamones
Son cinco los factores que se toman en cuenta para diferenciar los tipos de jamones ibéricos. La raza y el color de la pezuña del cerdo, el lugar donde ha sido curado el jamón, el tipo de alimentación que llevaba el animal y su pata.
Raza
Dentro de las diferentes razas de cerdo que existen, el cerdo ibérico es muy singular, pues posee mucho menos grasa y es de menor tamaño, además de tener un pelaje obscuro, patas más largas y más fibra muscular que otras razas.
En el momento de etiquetar el jamón, se debe indicar el porcentaje de sangre ibérica que éste contiene.
Esto quiere decir que si un jamón indica “100% ibérico” se refiere a su pureza de raza, pues es porque proviene de cerdos ibéricos sin mezcla racial.
Pezuña
Como es de esperarse, un cerdo ibérico de raza pura, cuya ascendencia no ha sido cruzada con otras razas, ostenta un pelaje obscuro y una pezuña negra.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Harrys Restaurante (@harrysrestaurante) el 16 de Ene de 2019 a las 1:33 PST
En Harry’s, nos distingue el ofrecer a nuestros invitados únicamente jamón 100% ibérico pata negra.
Cuando hablamos de “pata negra” nos referimos a que nuestro jamón posee un sello de calidad que, desde 2014, se utiliza para denominar a un tipo de cerdo muy particular. Pata negra se refiere a un cerdo 100% ibérico que ha sido criado en libertad, además de haber sido alimentado con bellotas y pastos naturales en la dehesa española.
Alimentación
Este es un diferenciador importante al momento de buscar jamón ibérico de calidad.
La alimentación puede ser de cebo, cebo de campo o de bellota.
Un cerdo alimentado de cebo ha sido alimentado con piensos constituidos por cereales y legumbres, en una granja industrializada. Sin embargo, para ser considerado cerdo ibérico debe por fuerza haberse alimentado y criado en libertad o semi-libertad.
Cuando un cerdo recibe una alimentación cebo de campo nos referimos a que ha llevado una alimentación mixta. Se le ha alimentado también a partir de piensos naturales con alto contenido de legumbres y cereales, y ha vivido durante la época montanera en libertad o semi-libertad en las dehesas, con granjas parcialmente al aire libre, sin rejillas.
La montanera es la última fase durante el proceso de cría del cerdo ibérico. Ésta consiste en dejar pastar al cerdo libre en la dehesa, buscando un engorde tradicional en medio de la naturaleza, alimentándose del fruto de las encinas. Esta alimentación a base de bellotas antes de ser sacrificado es lo que le aporta exclusividad a su carne, pues se considera que las bellotas son un verdadero manjar para los cerdos.
La alimentación con bellotas no es exclusiva, sino que los cerdos se alimentan también del pasto natural que encuentran en los espacios abiertos en el campo; logrando así obtener los jamones de mayor calidad gracias a que el cerdo se mantiene ejercitado al estar en libertad en el campo abierto , obteniendo una proporción ideal de grasa y fibra muscular.
Y es así que únicamente aquellos cerdos que hayan recibido este tipo de crianza pueden ser etiquetados con etiqueta negra 100% Ibérico.
Lugar de curación
Se trata del sitio específico en el que el jamón ha recibido el tratamiento de salazón. Por ejemplo, cuando hablamos de “jamón serrano” estamos haciendo referencia precisamente al lugar de curación del jamón.
Ahora bien, para identificar el tipo de proceso de curación empleado, existen tres denominaciones diferentes: jamón de bodega, jamón de reserva y jamón gran reserva.
El jamón de bodega tiene un tiempo de curación que va de los 9 a los 12 meses. El de reserva de 12 a 14 meses, y el gran reserva, el cual tiene un tiempo de curación de 15 meses en adelante.
Pata
La pata delantera del cerdo se conoce como paleta y la trasera como jamón. Se dice que el jamón de pata izquierda es mucho mejor que el de la pata derecha ya que el cerdo acostumbra dormir acostado sobre su costado izquierdo, lo cual le aporta características singulares a la carne de ese lado.
El jamón ibérico en Harry’s
En Harry’s cuidamos mucho cada uno de los ingredientes y los platillos que hacemos disponibles a nuestros invitados, y nuestro jamón ibérico no es la excepción.
Nuestro Jamón Ibérico 5 Jotas Pata Negra de 36 meses de curación, es cortado en tu mesa y se acompaña con crujientes de ciabatta y salsa de tomate.
Este jamón es producido por la compañía Sánchez Romero Carvajal, cuyo jamón de jabugo de bellota 100% ibérico, como el que encuentras disponible en nuestro menú, destaca por ofrecer una textura y aroma distintivos, con características de sabor difíciles de superar.
Como puedes ver, el diseño y conceptualización de nuestro menú nos obliga a buscar los mejores ingredientes y productos del mundo, para poder ofrecer una experiencia fine dining imposible de igualar en México.
A esto le llamamos “El Arte De La Perfección”
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