El Martini es un cóctel elegante, de sabor limpio y seco. Este fue inventado en 1911 en Nueva York por Martini De Arma DeTaggia, quien era el barman jefe del hotel Knickerbockers.
Son también varias las teorías y leyendas sobre las proporciones exactas en la composición del martini. Se dice que el primer ministro británico Winston Churchill era conocido por preferir un martini seco, sin añadir, el vermú. También se dice que Ernest Hemingway gustaba de una alta proporción de gin, en vez de la mezcla clásica.
Según la IBA (International Bartenders Association), la receta del martini consta de:
- 5.5 cl de ginebra (o vodka en el caso del Vodka martini).
- 1.5 cl de vermú seco.
- Los ingredientes se añaden en un vaso de mezcla con cubos de hielo.
- Remover bien y servir sin hielo, en una copa de cóctel enfriada.
- Exprimir el aceite de la piel de un limón o adornar con una aceituna cruzada.
El martini más conocido a nivel mundial es el seco, compuesto de ginebra con un toque de vermú. Suele servirse en copa de cóctel, adornado con una aceituna cruzada. Existen numerosas variantes del martini, que se distinguen por contener: vodka, gin o dry vermouth.
Además del Vodka Martini, existen diversas variaciones de la receta, como el Martini Dulce, en el que se sustituye el vermú seco por vermú rojo y se decora con una cereza; o el Perfect Martini, compuesto de 5.5 cl de gin, 1.0 cl de vermú seco y 1.0 cl de vermú rojo, decorado con piel de limón o una cereza al marrasquino. También el Gibson, un martini servido con una o dos cebollitas perla en vez de la clásica aceituna.
Por último, debemos recalcar que la diferencia entre mezclar o agitar el cóctel es realmente indistinguible, y la elección de uno u otro método recae en la creencia de que, de algún modo, la bebida se ve afectada por el modo de preparación.
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