Una cata, es una degustación en la que verdaderos conocedores demuestran su sabiduría vinícola. Aquí descubren todo aquello que se oculta detrás de una copa de vino.
Un buen catador tiene que tener sus sentidos despiertos y no dejarse fiar únicamente del paladar. Puesto que para degustar también hay que guiarse por el olfato y la vista. Son los olores y los colores los que revelarán todos aquello que conforma al exquisito cuerpo del vino.
Una cata de vinos está comprendida por diferentes fases:
La visual: que consta de sostener la copa por la base y ponerla contraluz o un fondo blanco para apreciar el color, el brillo y la limpieza.
La olfativa: en la que se inhalan los aromas primarios del vino (sin agitar la copa) y luego los secundarios (inclinando un poco la copa) procedentes de la fermentación. Para captar los aromas terciarios que son aquellos procedentes de su crianza, es decir si estuvieron en barricas o botellas, se agita nuevamente la copa.
La gustativa: Es la fase final y en esta se prueba el vino con un pequeño sorbo y se dispersa de un lado a otro de la boca para poder apreciar los cuatro sabores básicos que son dulce, salado, ácido y amargo.
Muchas personas consideran que escupir el vino es un paso esencial en una cata, pero únicamente se acostumbra hacer para que el alcohol no pase a la sangre y no te embriagues. Así que si gustas puedes bebértelo.
Ademas de las fases, existen dos tipo de cata; la vertical y la ciega. En la cata vertical se prueba el mismo vino de la misma etiqueta o bodega, pero de diferentes cosechas o años. Mientras que en la ciega se prueban distintos vinos sin importar su etiqueta. Esta suele ser más divertida puesto que pones a prueba tus habilidades o incluso puedes jugar a adivinar la marca, botella, cosecha y uva.
Otro dato interesante es que de preferencia debes utilizar la copa Afnor:
- Altura: 155 mm
- Diámetro de la parte más ancha: 65 mm
- Diámetro del borde: 46 mm
- Grosor del pie: 9 mm
- Diámetro de la base: 65 mm
Esto con el fin de introducir boca y nariz al mismo tiempo y poder sentir el olor justo al probar el vino.
Ahora sí, ya que eres todo un catador, ¡a disfrutar!