La decoración creativa de un platillo, mucho más que un requisito gastronómico, implica el arte del emplatado y la presentación adecuada para lograr el éxito del mismo.
Este arte surge en tiempos de los romanos, quienes p or su sentido de apelar al lujo, implementan la presentación de los platillos con originalidad, valorando la capacidad de impresionar a los comensales.
En la actualidad la decoración fine, tiende a ser sencilla, alejándose por completo del barroquismo. Es por eso que para obtener una excelente presentación, además de buen gusto, se necesitan cumplir las siguientes reglas:
- La elección de la vajilla es el primer paso, ya que sirve como canvas del platillo. Un plato neutro, claro, o incluso blanco es ideal para una decoración sencilla y elegante.
- Hacer uso de un plato grande y liso, genera que los ingredientes tengan espacio alrededor. En la actualidad, las porciones tienden a ser en pequeñas cantidades, sobre todo con el auge de la cocina molecular.
- Debe tomarse en cuenta la composición simétrica, esta apela al equilibrio y proporción entre las partes del plato, transmitiendo una sensación de orden y armonía.
- La composición rítmica repite los elementos principales, alternándolos con elementos de menos importancia con el fin de generar un efecto dinámico y estimulante.
- Para generar un efecto tridimensional de profundidad y gran dinamismo, se colocan líneas transversales y giradas respecto al comensal.
- Por último, la composición triangular se debe usar para jugar con las alturas, creando pirámides o un triángulo en plano.
Estas técnicas y reglas de presentación se pueden combinar en un mismo plato, volviéndolos así más sofisticados, elegantes y dignos de representar el fine dining.
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