El jamón ibérico es un tipo de jamón que procede de cerdo de raza ibérica que ha sido alimentado única y exclusivamente a base de bellotas.
Cuenta la leyenda que el jamón nació cuando un cerdo cayó y se ahogó en un arroyo cuyas aguas tenían un elevado contenido en sal. Aquel desdichado cerdo fue recogido por unos pastores que lo asaron, descubriendo que la carne salada tenía un sabor muy agradable, especialmente las patas delanteras y traseras. A partir de entonces cuando se sacrificaba un cerdo, introducían sus patas en sal hasta perfeccionar el sabor que, casualmente, les había mostrado la naturaleza
Precisamente por su meticuloso proceso de producción es que el jamón ibérico es considerado un alimento gourmet y llega a ser de un elevado costo e incluso objeto de imitaciones.
Por ello, existen ciertas características únicas de un auténtico jamón ibérico y la falta de estas te llevarán a reconocer una imitación. Estos son detalles para reconocer un jamón ibérico de buena calidad:
- Color de la pezuña debe ser negra y desgastada (por su crianza en libertad).
- Tobillo de diámetro pequeño.
- Muslo estilizado.
- El veteado graso del muslo no debe ser excesivo.
Si el jamón pasa estos puntos, ya puedes disfrutarlo con jitomate y pan recién tostado o incluso con melón, eso ya depende de ti.